Panamá es rico en biodiversidad, el oeste del país forma parte del hotspot de Mesoamérica y el este de Panamá parte del hotspot Chocó / Darién / Ecuador Occidental[1]. Además, el país tiene una situación única como corredor biológico entre América Central y América del Sur y forma parte del Corredor Biológico Mesoamericano. Así los bosques representan uno de los activos naturales más importantes del país. Según el proyecto Global Forest Watch[2] la superficie boscosa de Panamá era de 55,000 Km2 en 2012 con una pérdida de cobertura boscosa promedia de 22,000 ha per ano. Los pueblos indígenas de Panamá, cuyos territorios reconocidos legalmente o reclamados se superponen con ~ 60 % de los bosques maduros de Panamá son unos socios clave de todas iniciativas para conservar el bosque del país.
En 2008, Panamá comenzó a trabajar con dos programas de REDD + multilaterales de preparación, el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques del Banco Mundial y el programa REDD+ de las Naciones Unidas, con el objetivo de desarrollar una estrategia nacional que podría revertir la deforestación, mientras que el desarrollo un marco económico para hacerlo (Banco Mundial, 2011, PNUD, 2012). En este contexto, el Foro y Observatorio del Bosque propone vigilar la cubierta forestal de Panamá y sostener la búsqueda de soluciones a la deforestación.
El Foro y Observatorio del Bosque combina en trabajo de campo para evaluar características de los bosques como biodiversidad y reservas de carbono y mapeo participativo para proporcionar información espacialmente explícita sobre deforestación, conflictos de uso, tenencia de tierra, etc. El Foro y Observatorio del Bosque, también propone sostener diálogos entre actores como las que tuvieron lugar en el diálogos entre actores como las que tuvieron lugar en el contexto de la Consejo Consultivo sobre Resolución de Conflicto y REDD+ que, de 2011 a 2013 trato temas relacionados con los conflictos sociales en torno a la conservación de bosques en la frontera agrícola. El Consejo Consultivo fue formado por 68 representantes del gobierno indígena colono, y el sector de las ONG que realizaron sesiones de aportes de ideas en las reuniones mensuales.
[1]Myers, N., Mittermeier, R.A., Mittermeier, C.G., Da Fonseca, G.A.B. & Kent, J. 2000. Biodiversity hotspots for conservation priorities. Nature, 403, 853-858.
El bosque tropical es uno de los reservorios más grande de carbono del planeta. La conservación de este bosque permite proteger la biodiversidad y mantener reservorios de carbono. El proyecto “Juntos para Proteger Nuestra Cuenca” nace de la importancia de la protección del bosque en la región del Bayano. A inicios de la década de 1970, el gobierno nacional inició las labores de construcción de la actual Hidroeléctrica Ascanio Villaláz, al Este de la Provincia de Panamá. Esta obra implicó el embalse del río Bayano, la formación de un lago de unos 350 kilómetros cuadrados y el desplazamiento de comunidades indígenas y campesinas.
La colonización en esta región relativamente cercana a la ciudad capital por parte de migrantes del interior, la especulación de tierras y la expansión de la frontera ganadera, han incrementado la deforestación y los conflictos por la tierra, a pesar de acuerdos firmados en la época y de haberse logrado décadas después el reconocimiento oficial de algunos territorios indígenas. La deforestación en la cuenca del Bayano afecta la hidroeléctrica del Bayano que siga siendo clave para el país con su importante contribución a la electricidad de la capital. Cuando el lago Bayano seca, la ciudad falta de electricidad. La protección del bosque al rededor del lago bayano es, entonces, de interés nacional.
El proyecto “Juntos para Proteger Nuestra Cuenca” inicio en el año 2013 con el apoyo financiero de la Fundación Margaret A. Cargill y la participación de la Universidad McGill STRI, el Congreso General Guna de Madungandi, el Congreso Emberá del Alto Bayano, Asociación Unión de Campesinos de la Provincia de Panamá y la Asociación de Productores de Platanilla y la Fundacion Dobbo Yala. Sus objetivos son:
- Unificar criterios entre campesinos e indígenas para buscar una solución a los problemas de invasión de las tierras indígenas;
- Promover una agricultura sostenible y buscar alternativas económicas para la región;
- Contribuir al manejo y la conservación de los bosques de la cuenca hidrográfica del Alto Bayano.
Este es un proyecto distinto, novedoso, en donde organizaciones de base que representan a actores directos involucrados en un conflicto territorial relevante trabajan en conjunto. Es por esta razón que un componente importante de las primeras acciones desarrolladas, ha sido lograr el acercamiento de las partes en función de fines conjuntos. Destacamos aquí la capacitación y los festivales de cine documental, así como un evento de convivencia entre indígenas y campesinos nunca antes visto.
Notas periodísticas sobre este Primer Encuentro pueden consultarse en:
http://www.stri.si.edu/espanol/acerca_stri/noticias/noticias/articulo.php?id=1544
https://es-la.facebook.com/prensacom/posts/879608742079262
Mas del 50% de los bosques maduros de Panamá se encuentran en tierras ancestrales indígenas. Estos bosques juegan un papel crítico como sumideros de dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero (GEI) reconocido como uno de los principales causantes del calentamiento global. Desde el 2007, se viene ventilando en foros internacionales, principalmente en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), la creación de un mecanismo de mitigación de cambio climático conocido como “Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques” (REDD+). Este mecanismo, el cual ya ha sido adoptado en la CMNUCC, pero que todavía se encuentra en fases preparativas, permitirá que los países industrializados inviertan en proyectos de conservación, enriquecimiento y manejo sostenible de bosques en países en vía de desarrollo. Al cuidar de los bosques y mantenerlos en pie, se protegen y crecen estos importantes reservorios de carbono y se reducen los impactos del cambio climático.
REDD+ es un mecanismo complejo y polémico. Sus implicaciones ambientales, económicas, sociales y culturales han sido ampliamente debatidas. En el caso de los pueblos indígenas de Panamá no existe un consenso con respecto a participar o no del mecanismo. Sin embargo, en algunos territorios las autoridades han optado por determinar cuanto carbono contienen sus bosques. Al contar con esta información, al menos disponen de la opción de eventualmente participar de REDD+ si determinan que el mecanismo genera mayores beneficios que perjuicios.
Las autoridades del Congreso General de Tierras Colectivas Emberá y Wounaan (CGTCEW) impulsaron en el 2014 una iniciativa para realizar un inventario del carbono forestal que contienen sus territorios en el Darién de Panamá. Este proyecto cuenta con el apoyo financiero del Fondo Cooperativo para el Carbono del Bosque (FCPF por sus siglas en inglés) del Banco Mundial y es administrado por la Organización de Jóvenes Emberá y Wounaan de Panamá (OJEWP). Han gozado del apoyo técnico de la organización, Environmental Defense Fund (EDF), y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y la Universidad McGill.
Como parte del proyecto se capacitaron a mas de 25 técnicos Embera y Wounaan, y con el apoyo de los investigadores y técnicos de STRI y McGill, realizaron inventarios forestales en 30 parcelas de una hectárea en cinco territorios de las Tierras colectivas Embera y Wounaan. Con los datos recabados, se pretenden realizar estimados de la cantidad de carbono que contienen los diferentes tipos de bosque en la región, al igual que producir mapas que muestran la variación de carbono a lo largo de estas áreas.